Pequeña niña mentirosa.

Y no mentiré más, sabiendo que te molesta. Aquellos días de inocencia en los que un amor de verano no duraba más de dos días. En los que cuando jugabas, y te caías, te levantabas, reías y volvías al juego. En los que si cometías un error siempre habían segundas, terceras e incluso cuartas oportunidades. En los que para solucionar una pelea no bastaba con pedir perdón y darse un abrazo. En los que cuando decirle a alguien te quiero era tan sencillo. Días inoportunos, inesperados, alocados y llenos de magia. Cuando nos disfrazábamos de princesas y jugábamos a mamás y a papás. Cuando cogías un libro solamente para ver los dibujos. Y gritabas. De alegría, tristeza. Y sabiendo de que va el tema, hablaremos de sueños. Compartiré contigo la ilusión que vivo día a día. La esperanza que me diste cuando te conocí y que todavía nadie me ha robado. La vida es un misterio, que hay que descubrir. Un problema de matemáticas que hay que corregir. Errores que se cometen pero días para recuperar el tiempo perdido. Y no me digas que no entiendes que te quiero. Sueños de una niña alocada, confundida y desesperada. Eres un caso perdido al que nadie quiere encontrar. Pero esque es verdad. No te decides si mirar a un lado, o mirar hacia arriba para no ver nada. Déjate de tonterías y confiésamelo todo. Que me quieres, que me amas, que una lágrima mía es un gran peso en tu mirada. Mis ojos brillan al son del latir de tu corazón. Mírame a los ojos, y dime la verdad.

Sueños de una estrella.

¿No te cansas de estar siempre quieta? Luces, brillas, pero nadie sabe quien eres. Solo hablan de ti y te observan, inocentes te señalan. Aprecian tu brillo. Pero te toman sólo como una simple estrella. Una luz en medio del cielo, junto a muchas otras. Una entre un millón. Días no estás, pero nadie te extraña. Te confunden con otras, ya que eres iguales a las demás. Pero yo sé que eres especial. Eres mía. Te puse un nombre, y te tomé como amiga. Yo te distingo, porque para mí eres única. Por la mañana pienso en donde puedes estar, si me habrás abandonado como hace la luna por las mañanas. Aunque siempre sé que vuelves. Y vivo con la esperanza de que nunca desaparezcas, que me esperes ahí todas las noches. Contigo paso horas despierta. Cariño mío, no me abandones.

Sensación de tener el mundo en tus manos.

Cuando por la noche vas en el coche a cien por hora. Ves todas esas luces de colores. Bajas la ventanilla y sacas la mano. La abres y notas como si pudieses coger el aire, como si fuese tuyo. Esa sensación que te hace sentir bien. En ese momento, cierras los ojos. Dejas tu mente en blanco, y suspiras. Poco después, abres los ojos y ves la realidad. El coche va frenando cada vez más. Cada vez notas menos esa sensación... De repente se para. Y te das cuenta, que todo lo que fue tuyo por un segundo, se pierde con el tiempo.

#.

¿Felicidad? No me suena esa palabra. Es de la que tanto oigo hablar pero sin embargo no sé nada. Es aquella con las que tantas personas disfrutan. De la que nadie se cansa. Dicen que es bueno sentirla, pero que no todos pueden. Yo, no puedo. Pero siempre he sabido que decir "no puedo" es como rendirse. Y yo, no me rindo. Sé que no he nacido con tal cosa, pero me voy a esforzar en conseguirla. Porque no quiero ser la típica amargada sin vida. Quiero ser feliz, vivir una aventura, conocer mundo, enamorarme... Quiero tener una vida que los demás envidien. Quiero eso, sí, lo quiero, y lo conseguiré.

Quiero viajar lejos de aquí.

Quiero irme de este infierno. Quiero conocer mundo, viajar a un lugar lejano, donde todo sea diferente. Donde los ladrones sean los que persiguen a los policías. Donde los coches vayan marcha atrás. Donde se vomite la comida, la lujuria, la gula, los sentimientos, los pensamientos... Donde las novias se vistan de novio el día de su boda. Donde todos anden cabeza abajo. Un mundo completamente alocado. Diferente. Fantástico. Un mundo donde me sentiría realmente bien. Me sentiría a gusto. Donde vivir momentos llenos de risas. Un mundo ideal!

No te lo creas tanto, que se te sube la fama a la cabeza.

No, cariño mío. No eres un ángel caído del cielo. No eres digno de tener todo lo que tienes, más bien no te mereces ni la mitad. No compares tu fortuna con la mía, sabiendo que ganas. ¿Por qué? Ingreidos de mierda hay muchos, sí. Pero me tocan a mi todos. Cuántas veces tendré que explicar esto... Una y otra vez. Lo tienes todo, ¿qué más quieres? Fama, fortuna, y una novia que no te mereces y que estás a punto de perder. Deja los valores, el miedo, y toda tu fortuna a un lado y date cuenta de la realidad. Si no fuese por eso, no eres nada. Mira en lo que te has convertido. En un gilipollas, sí, en eso. Has dejado que el orgullo te llene y mírate. No vales nada. Ahora solo quiero huir, exacto, huir, lejos de aquí, de ti. De toda esta mentira... Sólo tengo que decir; adiós.